Es sumamente divertido desmitificarte, aunque es un poco triste también. Puedo ver cómo te desarmás pieza a pieza, pronto serás una montaña de nada. Todas las palabras que nunca te decía ahora te alcanzan, te golpean y te vas deshaciendo.
Cuando todo termine guardaré las piecitas en una caja con tu nombre. Tendré la precaución de perder sólo una.
sábado, 12 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario